El Oso

El oso  pardo (Ursus arctos L.) en España tiene tres pequeñas subpoblaciones, una en el Pirineo y dos en la cordillera cantábrica. La población pirenaica quedó reducida a 5 o 6 individuos en los años 80. Este número fue interpretado como insuficiente para pensar en su recuperación sin una intervención directa.  Por ello, a partir de los años 90 se hicieron dos introducciones de osos con ejemplares de Eslovenia. En la actualidad la población de osos va en aumento en el pirineo, aunque ya no quedan osos de la antigua población pirenaica.

En la zona de actuación del Mastín Español quedan dos subpoblaciones  en la cordillera Cantábrica, la oriental  con cerca de 30 individuos, y la occidental con cerca de 180 ejemplares. Estas subpoblaciones llevan tanto tiempo separadas que cada una tiene caracteres genéticos propios.  Y los individuos pueden ser identificados como pertenecientes a una u otra subpoblación con un análisis genético sencillo.


La población occidental ocupa 2.600 km2. Incluye tres Comunidades Autónomas diferentes: Galicia con 65 km2 (2,5%), Castilla y León con 700 km2 (26,9%) y Asturias que tiene la mayor extensión, estimada en 1.835 km2 (70,6%).

La población oriental se extiende por una superficie de 2.480 km2, localizada en buena parte en Castilla y León con 2.168 km2 (87,4%). También están incluidos terrenos de Asturias con 86 km2 (3,5%) y de Cantabria con 226 km2 (9,1%). En la población oriental cabe destacar la importancia de la Sierra del Curavacas, entre los núcleos oseros de Riaño (León) y de las cabeceras boscosas del Pisuerga (Palencia).


Entre ambas poblaciones, existen una autopista, una carretera y una línea de ferrocarril, que han condicionado una amplia zona deforestada que parece suponer una barrera difícilmente franqueable para los osos. Sin embargo, se han obtenido datos sobre el paso de ejemplares , normalmente de la población occidental hacia la oriental e incluso existen datos de la reproducción de un oso occidental con una hembra oriental, en la región oriental.

El Oso y el Mastín

Si bien la narrativa popular y la tradición oral nos ha dejado muchas referencias de las relaciones entre el lobo y el mastín, hay muy poca información sobre las interacciones entre el mastín y el oso.

 

De los documentos y relatos orales de la segunda mitad del siglo pasado surge la duda de la efectividad del mastín para defender el ganado del oso. La mayoría de estos testimonios parecen indicar que el oso entra en el ganado despreocupado de la presencia de los perros, y saca las ovejas de los rebaños que quiere.

 

Todos estos relatos provienen de los pastores y ganaderos trashumantes y la mayoría de ellos tienen su origen en la zona oriental de la Cordillera Cantábrica.

En esta área la densidad de osos es muy pequeña y prácticamente se ha mantenido estable en torno a los 30 ejemplares  para un área muy grande que abarca desde la montaña palentina, Picos de Europa, Liébana, hasta los montes de Riaño o de Caso en Asturias. Los mastines trashumantes se encuentran con la presencia de oso sólo durante los meses de verano, y en una zona en general con pocos refugios. Los pastores interpretan que al ser la primera vez que ven los perros al oso, no saben muy bien que es. Por la costumbre de los osos a ponerse de dos patas para oler, los pastores piensan que deben confundir a los osos con personas. Que hay de real en esta explicación es difícil de comprobar pero parece plausible que los mastines necesiten un aprendizaje para defender el rebaño del oso. Los propios lobos no atacan al oso en situaciones normales ni aunque se sientan apoyados por la manada

 

Sin embargo en la región occidental, la más poblada de osos, que va desde los ancares lucenses hasta los montes de Teverga, Quirós  y Proaza, pasando por el alto Sil, Laciana, Degaña, Somiedo, etc. hay muy pocas referencias a ataques de osos a las ovejas.

 

En estas áreas el oso parece estar más confinado a zonas boscosas y abruptas, con abundantes refugios. Sin embargo aquí seguro que la interacción entre mastines y osos es mayor. Existe una cabaña de vacas muy grande y los perros se quedan solos con las vacas todos los días,  desplazándose el ganadero para darles de comer.

 

Estos mastines si están acostumbrados a la presencia de osos, pero la observación de cómo se comportan los mastines frente al oso es muy escasa.

 

El único testimonio gráfico fue captado por Alfonso Hartasánchez del FAPAS  y consiste en una serie de fotografiadas realizadas en Villar de Vildas, en el Valle del Pigüeña en Asturias. Estas fotos muestran como un oso se dirige hacia dos vacas que buscan refugio  junto una tapia y el mastín desde lejos corre a interponerse en el camino del oso, haciéndole retroceder y salvando así  al ganado del ataque del oso.

© Alfonso Hartasánchez

Que un solo mastín consiga rechazar un ataque de oso es algo sorprendente y parece demostrar que en áreas donde los mastines conviven de manera habitual con el oso son igual de efectivos para proteger el oso.

 

Por tanto, la presencia de mastines favorece un menor número de daños en el ganado de la cordillera por parte del oso y contribuye así a la convivencia pacífica de osos y hombres

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