Un mastín que custodia el ganado es aquel que permanece con ovejas, vacas, o cualquier animal doméstico sin causarle daño y repele activamente a los depredadores.

En España es más habitual su uso para custodiar ovejas, cabras y vacas  y repeler los ataques de lobo y oso, todavía habituales en el cuadrante noroccidental de España.

Los mastines instintivamente cuidan del ganado si son criados desde cachorros con él.  No necesitan un entrenamiento específico, y sólo es necesario corregir comportamientos no deseables, como la tendencia a mordisquear al ganado o mostrarse demasiado juguetón con el mismo.

Es muy importante en estos perros su genética, que ha fijado estos comportamientos de custodia por siglos de selección.

El mestizaje con razas modernas, para incorporar más agresividad  al Mastín Español, como podría ser la introducción de razas como el Fila brasileño, o para aportar más tamaño, y hacerla más atractiva morfológicamente, como el mestizaje con Dogos o San Bernardos, pueden dar lugar a pérdidas del comportamiento instintivo de custodia del ganado, y hacer a los perros más inestables emocionalmente.

Los mastines españoles presentan una alta variabilidad morfológica. Esta variedad morfológica hace que sea posible escoger dentro de la raza aquellos mastines que se adapten mejor a un territorio concreto, a un tipo de ganado, o a un tipo de manejo del mismo. Esta característica da lugar a frecuentes discusiones entre propietarios y criadores, sobre el tamaño ideal, la morfología, o el temperamento,  sin tener en cuenta que el mejor Mastín es el que se adapta a las necesidades de un propietario determinado.

A través de la trashumancia se estableció un flujo genético entre los mastines españoles, derivado de la posibilidad de cruzarse perros procedentes de lugares muy alejados, un flujo que ha disminuido sólo en épocas recientes. Por este motivo la posibilidad de diferenciación del Mastín Español en variedades locales, fijadas genéticamente, ha sido escasa en España, no ha ocurrido lo mismo en Portugal y el ejemplo es la raza Castro Laboreiro.  Una raza esta con características morfológicas y genéticas propias, aislada geográficamente, y con el mismo origen que otros mastines portugueses.

Tres son las características psíquicas principales de un Mastín Español su capacidad de atención, su mayor actividad nocturna, coincidente con el mayor riesgo de ataque al ganado y menor actividad humana, y su estabilidad emocional con comportamientos siempre previsibles.

Después de años de estudio por parte del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos con varias razas de custodia de ganado y numerosos ejemplares se concluyó que son más importantes estas características que la agresividad.

Hubo una correlación directa entre la agresividad a las personas y el daño que esos ejemplares hacían a su propio ganado o a otro ganado.

Un perro más agresivo con las personas no es un mejor perro de custodia de ganado. Un estudio realizado por la Universidad de Idaho en los Estados Unidos con 763 perros de 400 propietarios concluyó que no había diferencias entre las razas estudiadas (Komodoro, Anatolian, Akbash y Montaña del Pirineo) en cuanto a su éxito para proteger el ganado de los depredadores. Sin embargo, hubo un 7% de perros que mordieron a las personas de ellos el que más mordió fue el Komodoro con un 17% y el que menos el Montaña del Pirineo con sólo un 4%.

Fueron los Komodoros los que también hicieron más daño al ganado propio y el Montaña el que menos. En conclusión el 57% de los perros utilizados  para custodiar el ganado fueron Montaña del Pirineo.

Es responsabilidad de los propietarios que un individuo de Mastín Español no muerda a la gente. Para ello deben ser corregidos comportamientos como la protección de áreas periféricas fuera del propio ganado.

El Mastín Español dedicado a la custodia de ganado es un perro en general con pocas exigencias en cuanto a sus cuidados. Sin embargo, el propietario debe de tener una serie de responsabilidades, debe seguir un programa de desparasitación y vacunas adecuado y tener el perro identificado mediante microchip. La alimentación debe ser provista diariamente, por un dispensador automático o por la presencia diaria del propietario.

Tener un Mastín para custodiar el ganado disminuye activamente el ataque de depredadores, favoreciendo la menor presencia del pastor y un pastoreo más activo del ganado.

Los estudios llevados a cabo de interacción entre depredadores y mastines son escasos, centrándose en Estados Unidos,  y en la interacción coyote - mastín.

Coyotes y zorros evitan activamente los ganados custodiados por mastines. La interacción con el lobo es poco estudiada y tanto en Estados Unidos como en España, parece que el lobo se siente menos intimidado por la presencia de mastines, que por la presencia de los pastores. Sin embargo, la depredación del ganado es mucho mayor en ausencia de mastines.

El lobo parece actuar de varias formas diferentes.

1. Evita el contacto con el ganado defendido por mastines, los cuales marcan activamente su territorio. Los ataques al ganado suelen ser más frecuentes cuando el ganado llega a un nuevo territorio, por ejemplo los puertos, ocupado por lobos y todavía mastines y ganado no lo conocen, y los mastines no han marcado los límites de ese territorio. Zonas con ganados vigilados por mastines tienen una menor presencia de lobo en el territorio.

2. El lobo se acerca a observar perros y ganado, permaneciendo inmóvil a una distancia determinada, donde el perro tiene pocas posibilidades de detectarlo.  A veces, esta distancia es sobrepasada y se dan signos de reconocimiento y amenaza,  el lobo suele ser expulsado cuando el número de mastines es mayor, pero sin lucha, marchándose el lobo, con aparente tranquilidad,  sin hacer daño al ganado. El lobo de esta forma entra en conocimiento sobre el perro que defiende el ganado pero no depreda sobre el mismo. Si el pastor aparece el lobo escapa corriendo, y los mastines le persiguen.

3. Perros y lobos luchan, un supuesto que suele ocurrir cuando el número de unos con respecto a los otros es mayor o cuando el pastor esta presente. En época reciente se han encontrado mastines muertos por lobos y lobos muertos por mastines, aunque las bajas en los mastines son siempre mayores.

4. Los lobos depredan sobre los perros que conocen aislándoles y sacándoles de su territorio, o depredan sobre los mastines que patrullan en la periferia. Por esta razón es importante que el perro permanezca patrullando siempre cerca del ganado.

Muchos de los ataques a ganados con mastines se producen cuando quedan atajos de ovejas cortados, sin presencia de los perros, lo cual demuestra la efectividad de los mastines. El buen perro es aquel que se da cuenta de estas circunstancias y permanece con los atajos cortados o las ovejas recién paridas.

Tener un mastín para custodiar el ganado es siempre efectivo, disminuye los daños y por tanto las pérdidas económicas. La cría de mastines debiera ser un recurso económico adicional para el ganadero, que debiera al menos cubrir los gastos de su alimentación y cuidado, los principales problemas para su mantenimiento.

Tener mastines cuidando el ganado, y ganado cuidado por mastines significa la falta de necesidad para controlar los depredadores, mediante métodos abusivos como veneno, lazos o cualquier método de caza furtiva. De esta forma se ayuda a la conservación de especies tan emblemáticas como el oso pardo o el lobo ibérico.

Además, los ganados cuidados por mastines lo hacen en régimen extensivo, muchas veces con sistemas trashumantes o trasterminantes, que ayudan a la regeneración de los pastizales y a un aprovechamiento del medio racional. Significan estos sistemas  la conservación de un paisaje modelado por siglos de pastoreo, diversificación de los hábitats disponibles para la fauna y conservación en general de un patrimonio cultural y natural.

La conservación del lobo y el medio natural es responsabilidad de todos y no solo de los ganaderos, en ausencia de ayudas directas, es necesario políticas activas que revaloricen el mastín utilizado para la custodia del ganado.