El Lobo Ibérico

© Fotografía: Jorge Escudero

En España existen dos tipos diferentes de lobos, el lobo italiano que tiene una pequeña población, de aparición reciente,  en los pirineos y el lobo ibérico (Canis lupus signatus) que se distribuye en dos poblaciones; una noroccidental que ocupa la mayor parte de la cornisa cantábrica, Galicia, la Meseta Norte y algunos enclaves de Madrid y Guadalajara; y una meridional en Sierra Morena de Andalucía y Castilla La Mancha. El número de lobos que hay en las dos poblaciones es muy controvertido por la dificultad que entraña su censo, en la población noroccidental se baraja un número cercano a los 2.000 individuos aunque algunos autores cuestionan este número basados en el argumento de que las manadas están constituidas en España por un menor número de lobos que en otros países.

En la población meridional no se conoce el número pero debe ser extremadamente bajo y de difícil supervivencia, por consanguinidad,  sin introducciones de lobos de la población noroccidental.

 

En cualquier caso el número adecuado para censar lobos en España parece que es el número de manadas y este número no debe ser muy superior al de 200. Esto es debido a que desde el punto de vista reproductivo la manada se comporta como una unidad ya que sólo una hembra, la dominante es capaz de reproducirse, inhibiéndose el celo de las otras hembras reproductoras.

© Fotografía: Jorge Escudero

Con este número tan bajo de reproductores es fácil entender que los estudios genéticos observen alta consanguinidad en los lobos ibéricos y esto es un problema independientemente de la existencia de un número de adultos elevado.

 

En la actualidad existe una cierta tendencia poblacional del lobo a crecer en número y en expansión hacia al sur y este, tendencia que se ve constantemente frenada por la caza excesiva de ejemplares que no permite el aumento poblacional.

 

Los lobos españoles son de pequeño tamaño y no alcanzan los 75 cm de altura en la cruz y los 50 Kg de peso.

© Fotografía: Jorge Escudero

Su pelaje es muy característico pardo durante el verano y más grisáceo en invierno, nacen muy oscuros y aclaran en el crecimiento. Los ibéricos tienen manchas blancas en los belfos, líneas verticales negras en las patas delanteras, marca oscura en la cola y mancha cerca de la cruz en forma de silla de montar.

 

Las camadas suelen ser de 3 a 8 cachorros y son alimentados por cualquier miembro de la manada. En una noche pueden recorrer distancias enormes en busca de alimento.

© Fotografía: Jorge Escudero

Ver también: Los problemas del Lobo