I. LACIANA (TXACIANA)
Cap. 8.: "Que los regidores y Alcaldes de cada lugar en cada año y al principio de él, han de tener obligación a nombrar tres o cuatro hombres desapasionados y que estos declaren bajo juramento las personas que puedan sustentar perro Mastín para la guarda de los ganados y así declarado han de obligar a tales personas a que tengan y mantengan dicho perro haciendo extinguir en cada pueblo los que fuesen gocos, o de mala casta, y esto se ha de observar bajo de dicha pena de tres cántaras de vino, las que ha de castigar el regidor, y el que no tuviese y mantuviera dicho perro dándole el tiempo que pareciere bastante para poder buscarle dicho perro, dicho regidor le castigue a su arbitrio además de expresada pena; y precisamente se les obligue a cumplir con esta ordenanza; y cualquiera vecino en defecto del regidor no cumplirlo les castigue como va expresado el capítulo antecedente"
Real Ordenanzas del Concejo de Laciana, 1730
El Valle de Laciana se encuentra en la Cordillera Cantábrica, al noroeste de la provincia de León y en la cuenca minera del río Sil. Un río que en su acción remontante escapa de Laciana, para nacer en la comarca de Babia, capturando parte de la cuenca de Duero. Captura que se puede de apreciar desde el viaducto de Las Palomas, al entrar a Laciana por la comarcal 623 desde Babia.
Laciana es cuenca minera de carbón debido a que su territorio se haya principalmente en suelos silíceos muy antiguos (Paleozoicos). Pero también son bosques en un excelente estado de conservación. Esos bosques son de una gran diversidad en los que se mezclan robles, hayas, abedules e incluso tejos que en la braña Rondo forma un bosque de alto valor ambiental. Esta riqueza y la disponibilidad de frutos todo el año hace que exista una avifauna muy variada entre la que destaca el urogallo cantábrico.
Los montes lacianiegos todavía albergan oso pardo, lobo, ciervos, corzos y rebecos y sus ríos conservan al desmán o topo de río un extraño mamífero que aquí tiene uno de sus pocos reductos cantábricos.
Debido a estos valores ambientales Laciana es Zona de Especial de Protección para las Aves (ZEPPA), Lugar de
Interés Comunitario (LIC) y fue declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera en 2003.
Tradiciones
En Laciana y Babia se habla un dialecto el Pallezu, con vocablos propios en Laciana. Este dialecto tiene palabras primitivas que no han sido explicadas etimológicamente, y que se ha conservado hasta nuestros días. El desarrollo de las comunicaciones y la minería ha hecho que se pierdan muchas de esta palabras de las que ya había registro en el siglo X de nuestra era.
Las construcciones más típicas de Laciana son las casas semicirculares cerradas en la parte delantera por un muro de piedra y un hórreo en el centro. En un lado de la casa estaba el pajar y las cuadras para las vacas y en el otro lado las cuadras para ovejas y cabras y la leña. La cocina y las habitaciones se solían situar en la planta superior o si solo eran de una planta en el centro de la vivienda.
Los bailes más típicos de Laciana son el Txano y la Garutxa y es tradicional el juego de
bolos.
Ganadería
Laciana es tierra de pastores, donde tradicionalmente han existido tres tipos de explotaciones ganaderas: estante, trasterminante y trashumante.
La estante suele tener unos pequeños movimientos necesarios en una climatología muy dura, con heladas 8 meses al año y temperaturas invernales que a veces superan los -15ºC. Estos movimientos se realizan desde las brañas estivales a los pastos cercanos de las pedanías en invierno.
También han sido tradicionales los movimientos trasterminantes, es decir movimientos de corto recorrido pero que obligan a desplazarse, entre verano e invierno, a localidades fuera de la comarca de Laciana,. Esto por ejemplo ha sido tradicional en Lumajo, donde los vaqueiros se desplazan normalmente a Asturias.
Por último, hay movimientos trashumantes de largo recorrido, en los que los ganados vienen del sur a instalarse
en verano en Laciana. No se sabe cuando se empiezan a aprovechar los pastos de Laciana por las cabañas extremeñas y manchegas, pero se sabe que ya en el siglo XV la cabaña del monasterio
de Guadalupe aprovechaba los pastos leoneses.
Es una hipótesis bastante probable que los mastines llegaran con estas grandes ganaderías del sur de España de ovejas merinas, y que se fueran quedando en los ganados estantes. En cualquier caso desde un principio, sea cual sea el origen y el sentido de la colonización de los mastines, debió haber una amplia difusión de los mastines propiciada por este trasiego de ganados.
En el siglo XVIII ya hay documentación escrita sobre la utilización de los puertos en Laciana. Así en Orallo se arrendaban 4 puertos a las merinas valorados en 909, 731, 988 y 909 reales y aún había un quinto puerto que era cedido al conde de Luna para que lo arrendara a cambio de las Alcabalas. Además había otros puertos en otras localidades que eran también arrendados a los merineros.
Las vacas tradicionalmente fueron de raza mantequera leonesa, una raza que fue muy conocida por el alto
contenido graso de su leche, que fue la base para el desarrollo de dos fábricas de mantequilla que exportaban sus productos, especialmente el queso a Madrid. A finales de los
sesenta la vaca mantequera leonesa desapareció sustituida por la raza pardo alpina. El cambio de producción de láctea a cárnica ha hecho que en la actualidad este en claro crecimiento la
vaca roxa, una vaca autóctona de la Cordillera, que había conservado algunos ejemplares en Asturias, donde hoy es la raza predominante.
La cría de mastines supone una actividad económica incipiente en Laciana, donde existen muchos criaderos con afijo como Buxionte, Filandón, Filtrosa, Piscardos, Portiecha, Reciecho, Salgueiron, Txaciana, Peñaporrela, Laciana, etc. y también ganaderos como Sixto Martínez en Orallo que eventualmente venden cachorros de sus mastines de trabajo. Algunos criadores con afijos también tienen parte de sus perros en explotaciones ganaderas tradicionales.
Este tipo de desarrollo económico esta dentro de las actividades sostenibles que deben ser impulsadas por la Reserva de la Biosfera de
Laciana.
Los mastines aparecen también en los cuentos populares Lacianiegos como el del Mago de Laciana.
Jamás se cansaba de tocar, porque recibía gran placer al percibir el eco de aquellas suaves notas en sus oídos; y aun se deleitaban mucho más sus ojos al ver cómo todo se animaba y cobraba vida en torno suyo. Aparecían innumerables rebaños de ovejas en las montañas y en los valles, y sobre la cabeza de cada una crecía un arbolito, por medio del cual el Mago conocía su propio ganado; y de las piedras esparcidas por allí hizo crear hermosos mastines, y cada uno conocía su voz.
Ningún muchacho se lastimó jamás, porque
los fieles mastines los cuidaban y conducían a los lugares de más mullido césped, para que jugasen. Si por descuido algún niño se caía al agua, un perro se encargaba de
sacarle; y si algún otro se cansaba, uno de los mastines lo cargaba sobre sus espaldas y le conducía a descansar bajo la fresca sombra de un árbol
frondoso.
Cultura
Es costumbre escuchar en el mundo mastinero atribuir virtudes relacionadas como la fortaleza física, nobleza o ensalzar la hospitalidad de los lacianiegos, pero menospreciando aspectos como los educativos en estas tierras de la montaña leonesa.
Sin embargo, nada más injusto en una región donde la educación escolar fue base de su vida cotidiana, y de donde salieron muchos profesores de enseñanza media para cubrir plazas en otras regiones españolas. Laciana, Babia y Luna tuvieron un nivel educativo muy superior a otras muchas regiones españolas de la época.
Una educación profundamente vinculada a la Institución Libre de
Enseñanza (www.fundacionginer.org). Una Institución fundada en 1876 por un grupo de profesores separados
de la Universidad por defender la Libertad de Cátedra. Su figura más destacada fue Francisco Giner de los Ríos y hasta la Guerra Civil la Institución fue generadora de gran parte de la cultura,
la enseñanza liberal y la ciencia española.
Muy poco después de la creación de la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley, natural de Villablino, crea en 1885, en una reunión mantenida con Francisco Giner, Gumersindo de Azcárate y Manuel Bartolomé Cossio, la Fundación Sierra-Pambley (http://www.sierrapambley.org). La fundación crea cinco escuelas y la Escuela de Enseñanza Mercantil y Agrícola de Villablino, que hizo florecer la industria láctea de la Montaña leonesa. Después abrió otra para niñas, estableciendo nuevas enseñanzas técnicas para aprovechar la riqueza de la comarca, con la fabricación de quesos y mantecas. Para ampliar la formación de los profesores en las técnicas de elaboración de productos lácteos, la Fundación Sierra-Pambley les financió estancias en Suiza y Francia.
Entre los alumnos de aquella escuela destaca Marcelino Rubio que formaría la fábrica de mantequilla la Laceaniega, situada en Villager de Laciana, que establecería local en Madrid para llamarse allí Mantequerías Leonesas y que rápidamente abriría locales por toda España. Entre sus productos destacaban la mantequilla y la leche condensada los Mellizos, la primera fabricada en España.
Menos conocido es que Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley (D. Paco Sierra) tuvo una ganadería aunque no muy numerosa (alrededor de 2.000 cabezas) si muy selecta que se establecía en los puertos de Babia y Laciana y que invernaba en las dehesas de Zamora, también propiedad de D. Paco Sierra.
Es fácil comprender que este movimiento ganadero también favoreció el intercambio de perros mastines entre las dehesas zamoranas, especialmente de la región de Tábara, las montañas leonesas, las dehesas extremeñas y manchegas, de donde venían gran parte de los mastines trashumantes, y las regiones colindantes asturianas objeto de trasterminancia por los vaqueiros de alzada.
A partir de 1936 la fundación, igual que todos los centros creados por la Institución Libre de
Enseñanza tuvo encautados sus bienes, y excepto la biblioteca Ázcarate, prácticamente su actividad fue inexistente. Mientras que la Institución Libre de Enseñanza sigue un poco su
actividad de enseñanza liberal, a través del colegio Estudio, la Fundación Sierra-Pambley no retoma sus actividades completamente hasta 1979. En la actualidad la Fundación es una fuerte
impulsora de la Enseñanza y la Cultura en la región.
En los distintos pueblos se ha reflejado la importancia que tenía la escuela (para la que se destinaban sólidos edificios), así como el prestigio de sus maestros. A pesar de las penurias económicas, hasta en las familias más humildes se tenía a gala que los niños supieran leer y escribir. Por eso, el analfabetismo prácticamente se erradicó de Laciana desde principios del siglo XX.
Aunque la fundación Sierra-Pambley fue probablemente la que más importancia social y cultural tuvo a finales de siglo XIX y primera mitad del siglo XX, no es la única fundación que surge en Laciana ,y tampoco la que tiene más incidencia en el territorio actualmente. Probablemente, es la fundación Octavio Álvarez-Carballo la que ejerce esa hegemonía en el territorio de Laciana. Comienza con Pedro Álvarez-Carballo que nació en Caboalles de abajo en 1839 y murió muy joven, comprando antes todas las propiedades de D José María Bernardino Fernández de Velasco, Duque de Frias (heredero de los Condes de Luna), un patrimonio inmenso entre los que se incluyen gran parte de los puertos pirenaicos de Laciana, con 4.800 hectáreas distribuidas por Caboalles, San Miguel, Sosas, Orallo, Lumajo, Rabanal de Abajo, Rabanal de Arriba y Cuevas del Sil. Estos puertos arrendaban los pastos a cerca de 15.000 ovejas la mayoría de ganaderos trashumantes extremeños. Este patrimonio fue heredado por Octavio sobrino de Pedro Álvarez-Carballo. A la muerte de este la fundación que lleva su nombre es regentada por el obispado de León que arrienda los pastos.
En la mitad posterior del siglo XX destaca el continuo arrendamiento que hizo de los puertos de Orallo el ganadero burgalés Rafael Hernaiz, que mantenía el ganado en invierno en sus dehesas de Brozas (Cáceres) donde residía.
Aunque D. Rafael Hernaiz, tuvo buenos ganados nunca conservó las razas en extrema pureza, la ubicación de los mismos en un centro ganadero de primera índole como fueron los campos de Brozas hizo que tuviera perros mastines, a veces de buena calidad, cuyos cachorros regalaba a los ganaderos de León. Uno de ellos la perra Pantera de color blanco, muy estimada en la región, fue comprada por un conocido criador de mastines de Madrid. Sin embargo, la calidad de los perros fue decreciendo año tras año hasta su muerte y venta al poco tiempo de su ganadería por sus herederos. Los puertos fueron también utilizados por el proyecto 2001 de recuperación de la trashumancia a pie y que portaba mastines de diferentes regiones españolas.
La fundación Álvarez-Carballo también estableció escuelas en Caboalles, y contribuyó a la construcción de la
Iglesia.
Reserva de la Biosfera
El 10 de julio de 2003 Laciana fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco, después de un gran esfuerzo realizado por los representantes de los colectivos de Laciana, entre los que destaca el antiguo Alcalde de Villablino, Guillermo Murias, criador de mastines con afijo Peñaporrela, y el comité español del programa Hombre y Biosfera de la Unesco, encabezado por el Dr Javier Castroviejo y del que era vicepresidente otro mastinero aficionado con afijo Monfragüe.
El funcionamiento de la Reserva de la Biosfera es regido por el patronato de su fundación (http://www.fundacionlaciana.com) cuyas actividades pueden verse en la página web de la misma.
Todo aficionado al Mastín debería conocer Laciana, por la gran cantidad de mastines existentes, que cumplen con la misma función de hace siglos, defender los rebaños de lobos y osos. Además, se puede disfrutar de la gastronomía local, tanto en restaurantes de primer nivel, como en lugares más humildes donde se pueden probar los contundentes guisos locales, las chacinas entre las que destaca la cecina de vaca, los frixuelos, los retorcidos, etc. Se puede caminar por uno de los bosques más ricos floral y faunísticamente de la cordillera, alcanzar las brañas y subir al Cornón, viendo rebaños y mastines. Existen modernos hoteles, pensiones y alojamientos rurales. Sus gentes y sus mastines nunca nos defraudaran.